domingo, 19 de enero de 2014

¿Quién tiene qué?

No acostumbro a hablar de religión con personas que se me acercan de iglesias no cristianas como parte de sus misiones.  Por lo general los escucho, tomo su literatura y le agradezco su visita.  Pero como dice un amigo mío hay veces que "se hacen excepciones".

En una ocasión mientras trabajaba en mi casa, observé a dos jóvenes muy bien vestidos que se me van acercando poco a poco.  Me llamó la atención que pasaron por alto otras casas y llegaron directamente a donde mí.  Se me acercaron tímidamente y me expresaron su interés de hablar conmigo.  Por su forma de vestir y su tono de voz anglosajón supe cuál iglesia estaban representando.  Sentí en mi corazón que debía atenderlos y así lo hice.  Nos acomodamos en la marquesina de la casa y comenzamos la tertulia.

La primera pregunta que me hicieron fue: "¿Qué es el bautismo?"  No me tomó por sorpresa la pregunta porque he tenido la oportunidad de estudiar su doctrina y sé los puntos que para ellos son los más importantes.  De más está decir que me monté en tribuna.  Le expliqué el concepto del bautismo desde el punto de vista cristocéntrico.  Luego ellos comentaron algunas cosas tratando de hacerme sentir que no estaba del todo mal pero que me hacía falta entender otros conceptos.

La segunda y última pregunta fue precedida por un breve silencio.  Pienso que estaban preparando un ambiente de suspenso para la pregunta culminante que me haría aceptar su doctrina de error: "Si Dios te dijera que nuestra iglesia es la verdadera, ¿qué harías?"  La pregunta fue formulada para que aceptara la legitimidad de su iglesia aunque fuera basada en un supuesto (si era Dios quien hablaba entonces hablaría verdad).  Esto daría paso a que argumentaran que su profeta en verdad recibió la revelación de Dios.  A continuación mi contestación:

"Bueno, primero que todo dudaría que la voz viniera de Dios.  Dios es tan grande que no creo que se pueda encerrar dentro de una iglesia y que fuera de ella no esté, haciendose pequeño.  Eso significaría tener el control de Dios y de su verdad."  Me dieron una literatura y se acabó la tertulia.

Son muchas las iglesias y denominaciones que aseguran que tienen la verdad y que fuera de ellos no hay salvación.  Tengan mucho cuidado con esto.  No importa qué iglesia sea, ninguna puede reclamar tener la verdad absoluta de Dios.  Todos podemos participar de esa verdad eterna pero no podemos reclamar que la tenemos.

Bendiciones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario