miércoles, 20 de agosto de 2014

El propósito de Dios...Tercera Parte (Hacia dónde vamos)

Cuando pensamos en irnos de viaje comenzamos los preparativos con varios dias, semanas o meses de anticipación.  Una de las principales tareas que hacemos es preparar nuestro itinerario, pues queremos aprovechar bien el tiempo.  A lo largo del camino puede que el itinerario se vea afectado y haya que cambiar de planes.  Pero el propósito principal, que es el de disfrutar, lo tenemos bien en mente.  

¿Sabías que estamos a punto de irnos de viaje? A diferencia de un viaje de vacaciones en el cual salimos y luego regresamos, en este viaje no habrá vuelta atras.  Es nuestra decisión escoger el lugar en donde estaremos eternamente.  Quienes deseamos estar con Dios eternamente tenemos que empezar a hacer los preparativos.

Todo comienza cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador personal.  Nuestros pecados son perdonados y nuestros nombres escritos en el libro de la vida.  Ahora que hemos dado ese paso y recibido tan alegre noticia, nos toca compartirla.  La forma de hacerlo y el itinerario lo prepara Dios, nosotros somos sus instrumentos.  Una vez terminada nuestra misión aquí en la Tierra, nos veremos cara a cara con Jesús y seremos recompensados por lo que hicimos. Ya el período de transición ha pasado.  Bienvenidos a la vida eterna.  Una vida sin más dolor, ni mas llanto, ni pena.  Y lo mejor de todo es que estaremos para siempre ahí.  Ahora que podemos ver con claridad el resultado de nuestro sacrificio ¿Qué son 100 años comparado con una vida eterna de gozo y paz junto al Señor.  ¿Verdad que ahora tiene sentido todo lo que hacen los misioneros, todo el esfuerzo de las distintas iglesias cristianas buscando incansablemente que otros conozcan a Cristo?  Sí, todo tiene mucho sentido.  Hay una razón de ser detrás de todo este asunto.  Seamos parte del esfuerzo que está haciendo Dios a través de la iglesia para que todos podamos estar unidos como una gran familia en la casa del Padre.

Cuando tenemos claro hacia dónde vamos nuestra esperanza se mantiene firme y nuestro deseo de evangelizar aumenta.  Dejamos de pensar tanto en las cosas terrenales y comenzamos a mirar a Dios pues sabemos que todo lo que tenemos en esta vida es pasajero.

Nosotros que hemos conocido a Cristo tenemos la responsabilidad de seguir su voluntad.  La vida tiene muchas cosas de las cuales podemos disfrutar mientras estamos aquí.  Pero es importante tener nuestras prioridades en orden.  Tenemos familia, trabajo y necesitamos tiempo de ocio y distracción pero no olvidemos nuestra meta principal: obedecer a Dios y cumplir con la gran comisión.

Ahora que sabes de dónde vienes, en dónde estás y hacia dónde vas...¿Cuál es tu decisión?

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