viernes, 2 de enero de 2015

Una resolución con sentido

Aunque cada día es uno lleno de oportunidades y nuevos comienzos, no es hasta que cambia el rejoj de 11:59pm a 12:00am cuando sentimos que el cambio ha llegado.  La música, los explosivos, la algarabía, entre otras cosas, alimentan la sensación de que el cambio al fin se dará.  Comenzamos a cambiar nuestras actitudes, damos abrazos y besos, exhortamos a los demás a cambiar y al final todos lloramos con el brindis del Bohemio.  Luego nos sentamos en la tranquilidad de nuestro hogar a escribir el listado de nuestras resoluciones para el nuevo año.

No veo nada malo en hacer resoluciones.  Me parece que es parte de nuestra condición humana el querer realizar nuestras metas.  Sin embargo, te hago la siguiente pregunta para que reflexiones:  ¿Alguna de tus resoluciones te ayuda a asegurar tu futuro eterno? Es importante que meditemos sobre esto porque de nada nos sirve luchar por nuestras metas y no tener asegurado nuestro futuro eterno en el paraíso.

De más está decir que los años pasan rápidamente.  En un abrir y cerrar de ojos, nuestro Señor pudiera llamarnos a su presencia y tendremos que rendirle cuentas.  Si eso sucediera hoy, ¿tienes la certeza de que pasarás el resto de la eternidad junto a la presencia de Dios? ¿Está escrito tu nombre en el libro de la vida?

Si no has aceptado a Cristo como tu Salvador te exhorto a que, dentro de tus resoluciones, des ese importante paso y asegures tu eternidad.  Una vez hagas esto, el Espíritu Santo comenzará a hacer la obra dentro de ti y te ayudará a organizar tu vida conforme sea la voluntad divina y perfecta de nuestro Padre.

La muerte expiatoria de Jesús en la cruz hizo posible la reconciliación del ser humano con Dios.  Nuestros pecados han sido perdonados y ahora tenemos acceso directo a Dios por medio de nuestro Salvador Jesucristo.   Lo único que hay que hacer es aceptar el regalo de la salvación que Jesús nos ofrece.  No tenemos que preocuparnos por lo pecador o pecadora que hayamos podido ser.  En Cristo tenemos nueva vida, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas.

A continuación encontraras una oración modelo para aceptar a Cristo como Salvador.

Señor Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados.  Abro las puertas de mi vida para recibirte como Señor y Salvador.  Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna.  Toma el control de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que yo sea.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

Que la paz de Dios abunde en la vida de cada uno de nosotros.

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