Recientemente entré a una casa de empeño para ver qué cosas tenían a la venta. Entre las cosas que más abundaban estaban relojes, laptops y todo tipo de consolas y videojuegos. Fui por curiosidad pero de repente me vi tentado a comprar algunos artículos. Algo dentro de mí me inquietaba. Así que decidí irme de ese lugar.
Días después leí en un periódico del país que los escalamientos en las casas habían aumentado en comparación con el año pasado. Según el reportaje, los ladrones se están apropiando de equipos electrónicos, videojuegos, prendas y películas. Pregunto: ¿En dónde termina todo eso? ¿Será acaso que gran parte de esos artículos llegan a esas casas de empeño? Yo no sé, pero hay algo en todo esto que no me gusta mucho.
He escuchado representantes de estos negocios diciendo que son regulados y que tienen controles para asegurarse de que el artículo que reciben no es robado. Yo no conozco mucho sobre estos negocios y no quiero pecar de acusar sin tener todos los elementos de juicio. Solamente estoy utilizando la lógica en esta reflexión.
Si luego de varios años de haber comprado un equipo de música me doy cuenta de que nunca lo he usado y decido llevarlo a uno de esos negocios, ¿cómo podría evidenciar que en verdad el equipo era verdaderamente mío? Supongo que después de cierto tiempo el recibo de compra ya no existe. De todas formas, voy a dar el beneficio de la duda a los controles internos que puedan tener para asegurarse de la legitimidad de la transacción. De no tener buenos controles, estarían incentivando a los criminales.
A pesar de lo ya dicho, lo que más me inquieta es saber que hay personas muy necesitadas que no encuentran otra opción y deciden llevar sus pertenencias a cambio de poco. De repente pienso en un padre de familia dándole la noticia a su hijo de que va a vender su Nintendo DS porque la economía está mala y ya no tiene que más vender. Se me hace difícil pensar que pudiera estar comprando y disfrutando de lo que otra persona dio en su necesidad y en contra de su voluntad.
Puede que sea legal todo este asunto de las casas de empeño. No cuestiono eso. Creo que es un asunto de conciencia. Pero hay una pregunta clave que nos puede ayudar a resolver este dilema: ¿Qué haría Jesús?
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