domingo, 10 de noviembre de 2013

¡Qué Problema!

Hay momentos en que no podemos ver más allá de nuestros ojos.  Estamos tan sumergidos en nuestras preocupaciones, problemas y ansiedades que nuestra reacción natural es comenzar a buscar soluciones.  A veces decidimos darle la espalda al problema y tratar de olvidar su existencia.  Esto nos pone en una actitud de cobardía y lo que en verdad estamos haciendo es agravar más la situación.  Otras veces decidimos enfrentarlos aunque no de la mejor forma.  ¿Cómo debemos enfrentar un problema.?

Lo primero que debemos entender es que los problemas son inherentes a nuestra naturaleza humana.  Mientras vivamos, siempre vamos a tener algún tipo de problema.  Así que por lógica no nos queda otra que estar firmes y enfrentar el problema.  Si decidimos no hacerlo, lo más probable es que sigamos acumulando todo tipo de situaciones, no resolvamos ninguna y entremos en una crisis que nos pudiera llevar a rendirnos y tener que enfrentar las consecuencias eternas.

Por otro lado, al enfrentar el problema, debemos hacerlo de la mano de Dios.  No podemos perder de perspectiva que Dios es real, que siempre ha estado interesado en nuestro bienestar y que El tiene el control absoluto de todo.  Así lo ha demostrado a través de toda la historia: cuando envió a Moisés a liberar a su pueblo de Egipto, a través de los profetas y enviando a Jesús para que pagara las consecuencias del pecado que debimos haber pagado cada uno de nosotros, por mencionar algunos ejemplos. También podemos ver nuestra propia historia y ver las formas en que nos hemos librado de situaciones.

Algunas personas se molestan cuando se les menciona a Dios como una alternativa para enfrentar los problemas.  De hecho, muchas veces es en ese momento cuando comienza la rebelión contra Dios.  Surgen dudas y preguntas sobre la fidelidad de Dios: ¿por qué me está haciendo esto?, ¿qué yo le hice?, ¿en verdad existe?   Todo eso tiene una solución:  FE.

La fe no es una varita mágica que hace que Dios actúe de la manera que queremos.  La fe es dejar actuar a Dios, saber que El está obrando y confiar que lo que está haciendo es bueno y perfecto en su sabiduría, aunque no tenga ningún sentido para nosotros en ese momento.  La fe tiene que acompañarse con la acción.  En estos casos nuestra acción es dejar a Dios obrar. Cuando tenemos fe le entregamos al Padre nuestras cargas y situaciones.  Esto permite que Dios haga su trabajo.  Al final de cuentas veremos que las cosas no eran tan graves como parecían.

Recordemos que Dios esta tratando de actuar pero mientras queramos hacer las cosas a nuestra manera nos vamos a seguir frustrando.  En nuestras oraciones podemos pedirle a Dios que nos ayude pero no debemos decirle cómo actuar.  El tiene control de todo y en su sabiduría infinita sabe lo que es correcto para nosotros.

Tener fe no es algo fácil pero tiene sus recompensas.  Como cristianos tenemos la bendición de contar con el Espíritu Santo.  El nos consuela y nos fortalece para poder enfrentar cada una de las situaciones con confianza.  Si deseas tener esa bendición, comienza aceptando el sacrificio de Jesús y el perdón de nuestros pecados.

Si aún no has aceptado a Cristo te invito a que lo hagas en este instante.  Es la decisión más sabia que una persona puede tomar.  No se van a ir los problemas pero sí tendrás las herramientas y la mejor actitud para obtener la victoria.  Por favor, repite la siguiente oración:

Señor Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados.  Abro las puertas de mi vida para recibirte como Señor y Salvador.  Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna.  Toma el control de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que yo sea.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

Los dejo con la siguiente canción.  Mediten en su letra.

Que la paz de Dios esté en cada uno de nosotros.  Dios nos siga bendiciendo.


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