¿Se te ha hecho difícil entender cuál es la voluntad de Dios en tu vida? Ciertamente Dios tiene muchos planes en la vida de cada uno de nosotros pero hay uno en común que nos aplica a todos. Es nuestro deber reconocer ese propósito y entenderlo para así poder vivir una vida en abundancia, alcanzando nuestras metas personales sin dejar de llevar a cabo el propósito de Dios. De esta forma tendremos una mejor visión que nos ayudará a confiar más en Dios y fortalecer nuestra fe.
El propósito de esta serie de tres reflexiones es que podamos entender lo que Dios espera de cada uno de nosotros y comenzar a vivir una vida consagrada a Dios y restablecer la comunión que El tanto anhela tener con nosotros. Para ello, debemos tener claro tres cosas: de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos.
El propósito de esta serie de tres reflexiones es que podamos entender lo que Dios espera de cada uno de nosotros y comenzar a vivir una vida consagrada a Dios y restablecer la comunión que El tanto anhela tener con nosotros. Para ello, debemos tener claro tres cosas: de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos.
El propósito de Dios...Primera Parte (De dónde venimos)
Para entender de dónde venimos tenemos que remontarnos al tiempo de la creación. Dios tuvo la idea de crear al ser humano a su imagen y semejanza. ¿Por qué? El propósito de Dios para esto era y es tener una comunión directa con el ser humano, relacionarse directamente con nosotros, proveernos todo lo que necesitamos y que vivamos en paz y gozo por los siglos de los siglos.
A pesar de todo lo bueno que Adán y Eva tenían, se dejaron seducir por la serpiente y desobedecieron a Dios. Esto trajo unas consecuencias en aquel tiempo que aún estamos enfrentando. Con la llegada del pecado al corazón humano, la comunión con Dios se perdió y, como Dios es santo, tuvo que tomar la decisión de echarnos fuera del paraíso.
Aunque la Biblia no lo menciona, estoy seguro de que Dios le tuvo que haber advertido tanto a Adán como a Eva que tuvieran cuidado con la serpiente. Esta es una mera especulación de mi parte. Puede que no le haya advertido, pero de seguro ambos estaban bien equipados para hacerle frente a cualquier tentación. Existe la controversia de quién fue el más que pecó, si Eva porque se dejó convencer de la serpiente y llevó al "pobre" Adán a comer del fruto prohibido o Adán que no tuvo el valor de enfrentar a Eva como se suponía. Pero eso es harina de otro costal. Aquí lo que importa es que ambos pecaron contra Dios a sabiendas, como todos nosotros.
¿Hizo Dios a la primera pareja débil para que cayera en maldad y expulsarlos del paraíso? Dios no le puso una trampa a Eva ni ella fue la carnada para que Adán pecara. Todo lo contrario, Dios sabía muy bien que estaba la serpiente esperando la oportunidad de tentar y engañar tanto a Adán como a Eva.
Cuando Dios creó al ser humano ya todo el resto de la creación existía. A ellos no les faltaba nada y hasta el mismo Dios caminaba con ellos. Ellos podían hacer de todo, con excepción de una cosa. Por eso Dios les dio instrucciones claras de qué muchas cosas podían hacer y que cosa no debían hacer.
La decisión de Adán y Eva nos demuestra lo vulnerable y débil que somos cuando no tenemos en cuenta a Dios a la hora de tomar decisiones. Nos enfocamos en lo que nos gusta y nos interesa olvidándonos de las sabias instrucciones de Dios. A veces decidimos no hacer caso a Dios porque sabemos que su voluntad puede ser muy diferente a la nuestra y "después no deja que yo haga lo que quiero".
Cada decisión que tomamos tiene sus consecuencias, ya sean buenas o sean malas. Si el ser humano al principio de la creación hubiera permanecido en Dios, obedeciéndole y siguiendo su voluntad, quién sabe si en este momento estuviéramos todavía en el paraíso. Tomaron una decisión con consecuencias que todavía estamos viviendo. Pero a pesar de todo eso, Dios continúa con su plan de que tengamos comunión con El. Con la llegada de Jesucristo al mundo, pudimos nuevamente ser reconciliados con Dios. Ahora tenemos una misión la cual discutiremos en la segunda parte de esta serie.
A pesar de todo lo bueno que Adán y Eva tenían, se dejaron seducir por la serpiente y desobedecieron a Dios. Esto trajo unas consecuencias en aquel tiempo que aún estamos enfrentando. Con la llegada del pecado al corazón humano, la comunión con Dios se perdió y, como Dios es santo, tuvo que tomar la decisión de echarnos fuera del paraíso.
Aunque la Biblia no lo menciona, estoy seguro de que Dios le tuvo que haber advertido tanto a Adán como a Eva que tuvieran cuidado con la serpiente. Esta es una mera especulación de mi parte. Puede que no le haya advertido, pero de seguro ambos estaban bien equipados para hacerle frente a cualquier tentación. Existe la controversia de quién fue el más que pecó, si Eva porque se dejó convencer de la serpiente y llevó al "pobre" Adán a comer del fruto prohibido o Adán que no tuvo el valor de enfrentar a Eva como se suponía. Pero eso es harina de otro costal. Aquí lo que importa es que ambos pecaron contra Dios a sabiendas, como todos nosotros.
¿Hizo Dios a la primera pareja débil para que cayera en maldad y expulsarlos del paraíso? Dios no le puso una trampa a Eva ni ella fue la carnada para que Adán pecara. Todo lo contrario, Dios sabía muy bien que estaba la serpiente esperando la oportunidad de tentar y engañar tanto a Adán como a Eva.
Cuando Dios creó al ser humano ya todo el resto de la creación existía. A ellos no les faltaba nada y hasta el mismo Dios caminaba con ellos. Ellos podían hacer de todo, con excepción de una cosa. Por eso Dios les dio instrucciones claras de qué muchas cosas podían hacer y que cosa no debían hacer.
La decisión de Adán y Eva nos demuestra lo vulnerable y débil que somos cuando no tenemos en cuenta a Dios a la hora de tomar decisiones. Nos enfocamos en lo que nos gusta y nos interesa olvidándonos de las sabias instrucciones de Dios. A veces decidimos no hacer caso a Dios porque sabemos que su voluntad puede ser muy diferente a la nuestra y "después no deja que yo haga lo que quiero".
Cada decisión que tomamos tiene sus consecuencias, ya sean buenas o sean malas. Si el ser humano al principio de la creación hubiera permanecido en Dios, obedeciéndole y siguiendo su voluntad, quién sabe si en este momento estuviéramos todavía en el paraíso. Tomaron una decisión con consecuencias que todavía estamos viviendo. Pero a pesar de todo eso, Dios continúa con su plan de que tengamos comunión con El. Con la llegada de Jesucristo al mundo, pudimos nuevamente ser reconciliados con Dios. Ahora tenemos una misión la cual discutiremos en la segunda parte de esta serie.
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